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“La bala y la escuela”: el sistema educativo, un arma para la asimilación de los pueblos indígenas al sistema capitalista

Por Ekintza Zuzena

Cuando a una gran parte de la población se le niega un derecho, cuando se la excluye de unos espacios y luego se la margina por no acceder a ellos… y cuando esa parte de la población se organiza y lucha por la conquista de una vida mejor y más digna; es común que intenten conseguir hasta lo que los puede dañar a largo plazo (ayudas del gobierno o internacionales, infraestructuras…). Este parece ser el caso de las Comunidades Autónomas Zapatistas en su empeño del derecho a educación (desde la Escuela). Pedro García Olivo en su libro La Bala y la Escuela (Holocausto Indígena) relata los peligros que este tipo de educación pueden crear en la construcción de autonomía y las contradicciones que tiene con la educación comunitaria indígena. Dividido el libro en tres partes, comienza por señalar los demonios de la Escuela occidental y su carácter represivo y manipulador. Viendo la escuela como un invento de un sistema político-económico-social concreto, a su servicio y destinado a garantizar su perpetuidad. En una segunda parte, analiza, desde su experiencia en la Sierra Juárez de Oaxaca (México) y la lectura de varios escritores y escritoras indigenistas, lo que fue y todavía es en algunos puntos la educación comunitaria indígena unida a una forma política asamblearia y a un sistema socio económico igualitaria, con una perspectiva local. Una educación que se imparte sin profesores, sin aulas, sin horarios… Una educación en la que toda la comunidad participa (¿o tan sólo los hombres? esto es algo que muchas veces no queda claro en este libro en el que el género se confunde-invisibiliza) y donde las reuniones, los trabajos, las fiestas, las conversaciones, la familia… son agentes educadores. En la tercera fase se cuestiona la elección del EZLN, que pudiendo seguir este tipo de enseñanza, apostó por la Escuela, eso sí, libertaria y con contenidos y formas diferentes a la occidental. Pero sin acabar de romper con ese curriculum oculto de la escuela capitalista con sus aulas (encierros), profesores, horarios y adoctrinamiento. El sistema educativo está condicionado y a la vez sirve a la maquinaria político-socio-económica de una sociedad; por lo tanto la Escuela ataca la construcción social indígena para impulsar la asimilación y la integración de estos pueblos al sistema capitalista, ayudando a convertirlos en seres utilizables por el mercado.

 

Reseña publicada a Ekintza Zuzena n.º 37, Primavera 2010

 

  La bala y la escuela

16/04/2010 13:19:46
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