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«Hubo una conspiración por parte de los soviéticos para sacar a Durruti del Frente de Aragón»

 

Conversación con Cazabaret

-Miquel, se ha escrito mucho sobre Durruti: el revolucionario, el reivindicativo, el primero en dar un paso adelante….¿qué aporta esta “nueva mirada” tuya sobre esta “figura” del anarquismo, de las ideas libertarias y del movimiento libertario en España….?.

- En todo caso mi propósito al escribir Durruti en el Laberinto fue desmitificar al personaje y situarlo en su momento histórico. Desmontar a un mito ideológico, creación “orgánica” de un aparato burocrático concreto, para devolver al individuo real su identidad anarquista y revolucionaria, visible en todos los aspectos de su práctica cotidiana. Con este fin recompuse casi día a día sus últimos cinco meses de vida.

-Tenía varios antepasados que perdieron la guerra y más de uno de ellos me dijo en alguna ocasión:”….¡Ay! , ¿Qué hubiese sido de la guerra si no hubiesen matado a Durruti?.... ¿Tú qué dices?

-El desenlace de la guerra no dependía de ninguna persona por carismática que ésta fuese. En todo caso, cabe conjeturar que el retroceso de la revolución no hubiese sido tan rápido, que la estrategia de la CNT no hubiese sido tan claudicante y que la estalinización de la República no hubiese sido tan profunda. Por lo tanto, con Durruti vivo, un factor de derrota como la desmoralización enorme que se produjo en las masas tras su muerte y a partir de 1937 no se hubiera dado con tanta magnitud.

-¿Y del proceso revolucionario qué hubiese sido…si Durruti no hubiese muerto….en qué se hubiese sustanciado?

-No cabe duda que a Durruti lo hubiesen tratado de comprar con un cargo militar tipo jefe de división o algo por el estilo. Como a Mera. En todo caso el primer paso de la contrarrevolución, la militarización de las milicias, de haberse producido, hubiera sido en otras condiciones. La CNT no se hubiera plegado a las “circunstancias” tan alegremente. Por otro lado, los ataques de la división de Líster a las colectividades aragonesas hubiera sido inconcebible con Durruti en Cataluña o Aragón.

-La gente en aquel noviembre del 36 empezó a preguntarse quién mató a Durruti y algunos interrogantes siguen abiertos….pasados los años: ¿queda algo más en claro?

-Hubo una conspiración por parte de los soviéticos para sacar a Durruti del Frente de Aragón y “desactivar” allí la influencia anarquista. Eso está probado documentalmente. En cuanto a su muerte, se sabe a ciencia cierta que la versión oficial de la bala perdida era tan falsa como la versión de puertas adentro del disparo accidental de su “naranjero.” A Durruti lo mataron de cerca, por la espalda, presumiblemente un grupo de milicianos que huía de la batalla. Que ese encuentro fuera fortuito o provocado es algo que podemos intuir, pero no demostrar.

-¿Durruti era para todos, unos y otros, más enemigo como elemento revolucionario y partidario de alzarse entre lo social que enemigo para los militares rebeldes…?

-La contrarrevolución, que en España encabezaron los comunistas, consideraba a Durruti un obstáculo para la creación de un ejército regular con disciplina cuartelera, galones a porrillo y una cúpula fuera del control de las organizaciones obreras; además, temía sus proyectos de “reconstrucción libertaria” en la retaguardia y el frente, que tildaba de experimentos utópicos e insensatos.

-Lo importante era hacer frente al abuso del poder frente a los que siempre habían tenido menos , frente al obrero, al trabajador, al agricultor, al asalariado…y hacer una sociedad igualitaria…lo importante era la revolución y con el alzamiento se vio un buen momento…¿no es así?


-No lo vieron así los cargos responsables de la organización confederal, que desde el primer momento se pronunciaron por la colaboración en organismos híbridos con otras fuerzas políticas y llamaron insistentemente a la militancia a volver al trabajo y no ir más lejos.

-Me da, por lo poco que he podido ir leyendo, conversando y dialogando que si no hubiesen muerto personas como Ascaso, Durruti….la primavera del 37 en Barcelona (el eco se extendió más allá) no hubiese acontecido como aconteció….quizás no hubiese ni tenido lugar tal como “se fabricó”…

-Insisto en que las personas, por importantes que puedan llegar a ser, son sólo personas. Las jornadas del 37 se hubieran producido de una forma u otra. Ya en vida de Durruti se produjo un acontecimiento semejante en Valencia a raíz del entierro de un miliciano de la Columna de Hierro. Por otro lado, personas de un prestigio fuera de discusión como Federica Montseny y Juan García Oliver, perdieron toda su credibilidad con su llamada al ¡Alto al fuego! Por supuesto que con Ascaso y Durruti entre los obreros de las barricadas la derrota de la revolución no se hubiera consumado. El abandono de aquellas no hubiera implicado, por ejemplo, la disolución de los Comités de Defensa y de las Patrullas de Control, el encarcelamiento masivo de libertarios y el aplastamiento del Consejo de Aragón.

-Se habla mucho, siempre contra las ideas anarquistas y libertarias, que fueron ellos los que pusieron sobre la mesa: revolución o ganar la guerra….pero yo lo miro más desde otra perspectiva: ¿por qué no nos preguntamos si no fueron otros los que temían a las ideas anarquistas, al desarrollo de la revolución y pusieron en marcha como dos guerras una que se iba cargando a la revolución y otra que intentaba ganar (como en un monólogo) la guerra… qué me puedes decir?

-La intervención de las masas contra los militares alzados desplazó al Estado y a los propietarios de muchos espacios donde la revolución prendió con rapidez: tierras de cultivo, fábricas, orden público, milicias, sanidad, enseñanza... Sin embargo, las estructuras estatales quedaron en pie y gracias a la colaboración de las organizaciones libertarias pudieron recomponerse en pocos meses. Las fuerzas que deseaban la vuelta al orden de antes del 19 de julio emplearon la consigna de “primero la guerra y después la revolución”. Eso significaba recuperar el control por parte de un Estado fortalecido con un ejército y una policía propios, y liquidar las conquistas revolucionarias primero por la vía de la nacionalización. La primera fase del proceso transcurrió durante el gobierno de Largo Caballero; la segunda, durante el periodo de Negrín.

-¿Tanto intimidaron las columnas de Durruti que se iban dirigiendo a Madrid…? (te hago la pregunta mirando tanto a los militares alzados como a los comunistas….) (Porque se hubiesen podido quedar a intentar hacer más frente para “tomar” Zaragoza, pero en un momento determinado, van y se meten en el laberinto del Frente de Madrid y de la Ciudad Universitaria, perdona pero en torno a todo esto yo tengo muchos cabos sueltos) ¿Qué nos puedes comentar?

-La llegada de Durruti a Madrid fue bastante discreta y no repercutió demasiado en la prensa, ni siquiera la libertaria. No hubo llegada triunfal; eso fue un montaje propagandístico a posteriori, y cae dentro de las disputas mediáticas entre las jerarquías comunistas y las confederales. Durruti quedo varado a 35 km de Zaragoza por falta de munición, armamento, preparación artillera y cobertura aérea. Yo añadiría que también por falta de combatientes (su columna no disponía de muchos más de seis mil, cincuenta y pico centurias). El gobierno no se las quiso dar porque no quería armar “a la FAI”. La diplomacia soviética había saboteado todas las compras porque tampoco quería que las milicias anarquistas anduviesen bien armadas. Durruti fue a Madrid porque le convencieron en la CNT de que una buena actuación allí le proporcionaría las armas que hacían falta en Aragón. Pero fue con sólo mil doscientos hombres (más trescientos reclutados por Estat Català) y ninguna de las demás columnas catalanas presentes que le habían sido asignadas quiso combatir a sus órdenes. El resultado fue que con fuerzas exiguas, cansadas por el viaje y no acostumbradas a combatir bajo fuego aéreo y artillero, tuvo que taponar a base de coraje una brecha peligrosa en un frente cubierto con veinticinco mil milicianos y soldados. No fue una misión para lucirse, más bien era una misión suicida. Quienes movieron los hilos para enviarle allí bien que lo sabían.

-¿Qué huella profunda dejó el Stalinismo y sus hombres en aquella España de la Guerra Civil?

-Desde septiembre de 1936 el estalinismo se empleó a fondo en la República española.  Las armas que aportó le permitieron dirigir las operaciones bélicas, controlar los servicios secretos, promocionar al Partido Comunista, perseguir a los disidentes y acabar con el dominio anarcosindicalista. La revolución española fue sacrificada y los revolucionarios perseguidos y asesinados porque la política exterior soviética de alianzas con las democracias burguesas requería la existencia en España de una República autoritaria y burguesa. El estalinismo dejó tras de sí una huella de autoritarismo, perfidia, doble juego, falsedad, manipulación y crimen, en definitiva, de totalitarismo. Los partidos comunistas heredaron sus métodos y en la medida de sus posibilidades los aplicaron.

-¿Hubo traición, directa e indirecta, en el asesinato de Durruti? ¿Estaba detrás el gobierno y las actitudes de Stalin y de sus hombres aquí…?

-Se puede afirmar con rotundidad que los agentes de Stalin conspiraron para apartar a Durruti del Frente de Aragón. El jefe del gobierno se prestó consciente o inconscientemente en ella. También algunos ministros. El Comité Nacional de la CNT y el Comité Peninsular de la FAI se esforzaron lo suyo, cabe suponer que con fines políticos.

-Los desacuerdos que hubo dentro de la CNT cuando unos se posicionaron para formar parte del gobierno en lo que podríamos reconocer como “burocratización” de la CNT y otros estuvieron muy en contra…los episodios de desacuerdo fueron agrios, hubo lo que podríamos considerar como “ palabras mayores”….pudo influir en su muerte….no podemos dejar de pensar en lo que nos recuerdas en el libro :”que Mariano Rodríguez Vázquez, Marianet, el entonces secretario general de la CNT, “reunió a todos los testigos y les conminó a guardar silencio” y concluyes que “ a Durruti le mataron sus compañeros; le mataron al corromper sus ideas”.

-Durruti no se pronunció públicamente sobre la entrada de la CNT en el gobierno republicano, como tampoco lo había hecho sobre la entrada en el gobierno catalán. Sí lo hizo contra el juego sucio de la retaguardia (cf. su famoso discurso radiofónico del 5 de noviembre). Su muerte fue de algún modo beneficiosa para el desarrollo de la burocracia anarquista. De entrada sirvió para que la dirección de la CNT se pronunciara sin ambages a favor de la militarización de las columnas libertarias; después, para poner en su boca palabras que incitaban a renunciar a la revolución y a los principios libertarios en pro de la guerra. La CNT-FAI se burocratizó a medida que se integraba en las instituciones estatales, que la guerra se volvía más problemática y que el proletariado español quedaba aislado, viéndose obligada a un cambio brusco de orientación y a un acercamiento con los comunistas. La guerra de clases fue enterrada en provecho de una guerra de la independencia. Los milicianos dejaron de luchar por sus intereses de clase para hacerlo en defensa de “la nación”. Sus enemigos dejaron de ser los burgueses, los curas y los militares, para ser los “invasores extranjeros.” La verborrea mistificadora de los dirigentes libertarios convertíarían a Durruti, al héroe proletario, en un caudillo nacional, un mito de la raza y un militarista xenófobo. Ahí fue cuando lo mataron por segunda vez.

 


Conversación publicada en Cazabaret en mayo de 2015

 

 

 

22/05/2015 12:27:29
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