Jane Austen
- 174 pags.
- ISBN: 9788419200907
- Montesinos
- On trobar-lo
- http://www.editorial-montesinos.com
- Narrativa
16,00 €
LADY SUSAN
Jane Austen escribió Lady Susan alrededor de 1794, aunque probablemente no debió darla por acabada hasta 1797, año en que también pondría punto final a otra novela, Susan, que sería publicada como Northanger Abbey. Lady Susan saldría de la imprenta póstumamente en 1871.
Susan Vernon, Lady Susan, es una viuda relativamente joven, todavía hermosa, que trata de asegurar su futuro y el de su hija, y para lo que no duda en utilizar cualquier artimaña haciendo caer en sus redes a los hombres que ha elegido como fáciles presas. Dotada de una inteligencia maquiavélica, no dudará en seducir a dos candidatos simultáneamente, esquivando maledicencias y presiones familiares.
Lady Susan rompe pues todos los lugares comunes de la novela romántica: no solo es hermosa sino inteligente e ingeniosa, sus pretendientes son significativamente más jóvenes que ella y aunque al final la moralidad obtiene su recompensa, la propia Lady Susan es tratada en la novela con indulgencia.
Jane Austen (1775-1817) nació en la rectoría de Steventon, siendo la penúltima en nacer en una familia de ocho hermanos. Acudió a la escuela hasta los nueve años, pasando luego a estudiar en casa bajo la tutela de su padre, el párroco. Desde muy pronto empezó a escribir, pero no era una joven que se apartara del mundo. Al igual que sus heroínas, se movía en la buena sociedad rural de la época, y acudía a bailes y festejos. No obstante, no llegó a casarse. Cuando cumplió los 25 años se trasladó a Bath con sus padres, habiéndose ya retirado el párroco de su labor religiosa. Ahí acabó siendo una tía cariñosa rodeada de sobrinos. Cayó enferma en 1816, trasladándose a Winchester, donde murió tras cumplir los 41 años. Sus libros siguen teniendo hoy el favor de los lectores como lo tuvieron antaño. Entre ellos cabe destacar Emma; La abadía de Northanger; Mansfield Park; Orgullo y prejuicio; Sentido y sensibilidad; y Persuasión.
Prólogo de Marta Pessarrodona
