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En un Londres neblinoso y enfangado, un pleito se eterniza en el decadente Tribunal de la Cancillería. La anquilosada maquinaria judicial asiste al paso de generaciones, al suicidio o al enloquecimiento de algunos querellantes, al enmohecimiento de las posesiones y a la ruina material o espiritual de incontables individuos con una impasibilidad que llega a lo cruel. Esther Summerson, Ada Clare y Richard Carstone serán los jóvenes elegidos que, junto a su bienhechor John Jarndyce, habrán de ver el final de tan absurda acción jurídica. Pero antes de alcanzar esta resolución sucederán numerosas y dispares aventuras: de lo cómico a lo trágico pasando por lo melodramático y lo policíaco.

Casa desolada alterna el humor y la gravedad gracias a un Dickens que logra en estas páginas momentos inolvidables. Los juegos y las trampas de la intriga policial garantizan una enfebrecida lectura repleta de sobresaltos y sorpresas. Como acertadamente subrayó Vladimir Nabokov, en unas páginas entusiásticas, “todo lo que tenéis que hacer al leer Casa desolada es relajaros y dejar que sea vuestra espina dorsal la que domine”. Charles Dickens nació en Landport (Hampshire) en 1812. El encarcelamiento de su padre por deudas y una delicada relación afectiva con su madre confirmarían una infancia difícil, cuyos ecos iban a resonar en buena parte de sus obras. Empleado inicialmente en una fábrica de betún, una inesperada herencia recibida por su padre le permitió acceder a una mejor educación. Su dominio de la taquigrafía le llevaría a trabajar para un abogado. En ese ambiente empezarían sus primeras labores con la pluma: al principio como cronista judicial, luego como escritor de costumbres. El éxito en esta última faceta haría que se le encargase la redacción de unos comentarios narrativos para una serie de dibujos de Robert Seymour. Ello supondría el origen de Los papeles póstumos del Club Pickwick y el inicio de una carrera fulgurante y exitosa en el recién estrenado terreno de la novela por entregas.

NICHOLAS NICKLEBY - Charles Dickens
Las voces de Quimera - Jofre Casanovas
Amor ciego - Wilkie Collins
Noche y día - Virginia Woolf
Lo que hizo Dídimus - Upton Sinclair
LADY SUSAN - Jane Austen
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