A fin de que constataran de una manera clara, y hasta cierto punto oficial, los propósitos, los fines y las tendencias del llamado Partido Comunista, la sociedad obrera, secreta e internacional conocida con el nombre de Federación de los Comunistas, en el congreso que celebraron en Londres en 1847, confirió a K. Marx y F. Engels la redacción de un programa del partido destinado a la publicidad, y cuya misión debía ser, además de la señalada, terminar con las leyendas que se cernían sobre la comunidad.